Conflictos y huelgas ferroviarias durante el período peronista

En 1943, el movimiento obrero se hallaba fragmentado y presentaba un cuadro sumamente heterogéneo dividido en cuatro confederaciones sindicales. Estas federaciones eran FORA, USA, la CGT1y la CGT2. Las dos últimas eran las que reunían a la mayoría de los sindicatos afiliados; la división respondía a la posición que debía seguir la clase trabajadora frente al conflicto bélico mundial. La CGT1 agrupaba a los gremios que proponían adoptar una actitud independiente y pretendía diferenciar la acción política de la gremial (Unión Ferroviaria, trabajadores de industrias del calzado, textiles, cerveceros y conductores de colectivos), mientras que en la CGT2representaba a los gremios cuya lealtad básica era el partido socialista o el comunista (empleados de comercio, gráficos, municipales, construcción e industria alimentaria). La posición de prescindencia planteada por La Fraternidad la llevaría a desafiliarse de la CGT.Poco después del golpe militar del 4 de junio se disolvía la CGT2y, en agostoeran intervenidos los sindicatos de La fraternidad y la Unión Ferroviaria. Si bien los sindicatos se opusieron a los interventores, la opinión se tornó favorable cuando, en octubre, asumió la intervención el coronel Mercante, hijo de maquinista, puesto que muchos trabajadores y dirigentes se veían identificados; intervención que culminaría en menos de un año. Al mismo tiempo, se dejaba fuera de la ley a los sindicatos controlados por los comunistas que estaban concentrados entre los trabajadores industriales resultando encarcelados algunos dirigentes.En cuanto a la intervención de las entidades y el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores del riel, en 1944, los sindicatos ferroviarios elevaban una proclama en la que se expresaba que “Hemos participado y contribuido, en cumplimiento de un alto deber moral y hermandados en un ideal superior concordante en un todo con los sublimes postulados de la revolución del 4 de junio de 1943, con todo desinterés y patriotismo, para asesorar a la intervención en busca de los beneficios 1La Federación Obrera Ferroviaria fue fundada poco antes de la gran huelga ferroviaria de 1912, adhería al anarquismo de la FORA y a sus métodos de acción directa.3que ya están gozando los trabajadores ferroviarios sin distingos de categorías ni odiosas diferencias...”El manifiesto concluía con la siguiente expresión: “Es inherente a nuestra lealtad y a nuestra gratitud, que obliga a la lealtad y gratitud de todos los ferroviarios reconocer que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, con el coronel don Juan D. Perón a su frente, ha sido el organismo de defensa de todos los trabajadores de la patria, que ha puesto firmemente su hombro en la conquista de los beneficios obtenidos, y que lo pondrá hoy y mañana para la obtención de las mejoras que aun debemos obtener y conquistar...”2Poco después, Farrell y Perón eran agasajados por la Unión Ferroviaria y La Fraternidad con un banquete al que asistieron 5.000 socios. Allí, Perón reconocía que “...los ferroviarios tendrán siempre la gloria de haber sido los primeros que nos comprendieron y nos apoyaron. Cuando el tiempo diga su última palabra sobre esta nueva era de la política social argentina, cuando muchos tengan que avergonzarse de haber obstaculizado el curso de nuestras grandes conquistas sociales, el gremio ferroviario podrá levantar su penacho limpio y altivo porque fue el precursor del triunfo de nuestra justicia sobre la demagogia, el sectarismo y el abstencionismo oficial.”3Para el caso de Tandil, existen evidencias del apoyo que los trabajadores ferroviarios brindaron al coronel Perón. En tal sentido, en un comunicado de las actas de comisión ejecutiva de La Fraternidad se afirmaba que “...se da curso correspondiente a Circular Especial Nº 3 la cual menciona que en homenaje al coronel J. Perón se debe de parar el sábado desde las 12 horas hasta las 13,30 horas...”4Poco después, Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión derogaba el laudo presidencial impuesto en 1934 por Agustín P. Justo e implementaba un aumento general de salarios y la devolución total de las retenciones.5Al año siguiente, la comisión ejecutiva de La Fraternidad de la sección Tandil solicitaba a la comisión directiva (nacional) la convocatoria de un congreso mixto de seccionales. Así pues, ambas entidades comunicaban una resolución, a través de la prensa local manifestando que “Hace más de dos años que el país vive en una anormalidad institucional por el golpe revolucionario del 4 de junio de 1943, desde cuya fecha las libertades individuales, de prensa, de reunión y asociación y demás que acuerdan nuestra magna Constitución Nacional han sido cercenadas por decretos del gobierno Revolucionario.”No es posible que la clase trabajadora organizada esté en la pasividad mientras el resto de las fuerzas democráticas y amantes de la libertad y justicia social, piden la vuelta a las normas constitucionales, por ello la Unión Ferroviaria y La Fraternidad, reunidas en Asamblea Mixta, resuelven:1.- Gestionar de las CC.DD. [comisiones directivas] de ambas organizaciones la realización de un mitin pidiendo al Poder Ejecutivo la vuelta inmediata a la normalidad institucional.2.- Por la libertad de los presos sociales.2La Nación; 27/4/44, p. 6.3Discurso del coronel Perón en el banquete que le ofrecieron los ferroviarios en el restaurante “El Palenque”, el 3 de junio de 1944. Citado por Hugo del Campo; Sindicalismo y peronismo. Los comienzos de un vínculo perdurable, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, pp. 253-254.4Actas de La Fraternidad (sección Tandil); 6/07/44. f. 254.5El laudo presidencial fue dado a conocer en 1934 y entre sus rasgos principales mantenía la rebaja de salarios, que se había establecido como consecuencia de la crisis económica de 1930, pero no en concepto de rebaja sino como retenciones, sujetas a ser devueltas en la proporción que lo permitiesen los resultados de la explotación. Los obreros no tenían derecho a la devolución de las retenciones hasta tanto las empresas no hubiesen cubierto la totalidad de sus gastos industriales y las cargas fijas.43.- Por el levantamiento inmediato del estado de sitio.”6Dando curso a la proclama de los sindicatos, el comité ejecutivo nacional de La Fraternidad reclamaba al gobierno el restablecimiento de los derechos constitucionales. Un año después, durante el Congreso de Delegados de 1946, el presidente de La Fraternidad, Jesús Fernández , decía -refiriéndose a Castillo y Perón- que “...Cuando veíamos que hombres de nuestra clase eran llevados a Neuquén, Villa Devoto y Martín García tuvimos forzosamente que quedarnos vigilando el panorama. No había ya libertad de prensa, no funcionaba la Constitución y no se respetaban los derechos del ciudadano. Viene un cambio en los hombres y el coronel Perón...continuó en idéntica forma el desarrollo del país: cárceles, clausuras e intervenciones. Fuimos también nosotros intervenidos y lo decimos con inmenso dolor...”7Fernández, que era socialista, procuraba colocar al gremio al frente de una CGT independiente y, por lo tanto, no peronista.De esta manera, el prestigioso sindicato de maquinistas y foguistas se convirtióen uno de los opositores sindicales más importante del peronismo. Oposición que culminó cuando, en mayo de 1951, el gremio fue intervenido poniendo fin a la embestida del gobierno contra los gremios independientes. La intervención de la CGT a La Fraternidad daría origen -como veremos más adelante- a un intenso conflicto al interior del sindicato.La Unión Ferroviaria, por otro lado, en el marco de las Asambleas Generales del gremio del año 1946 y hasta 1948 aprobaba una resolución exigiendo la derogación de la Ley de residencia y criticaba la deportación de obreros implicados en una huelga. Se repudiaba, además, los atentados a la libertad de expresión, reafirmando su respeto por la tradición democrática del país. En 1948, se ratificaba una resolución que reclamaba la inmediata “normalización” de la CGT, y la convocatoria de sus órganos ejecutivos en forma regular.8En agosto de 1948, Pablo C. López se convertió en el nuevo secretario general del gremio. Con el triunfo de López -en comicios posiblemente fraudulentos- se produjeron muchos cambios en la Unión Ferroviaria. El comité ejecutivo, la asamblea general y la revista social del sindicato El Obrero Ferroviario se transformaron en foros de propaganda política.9Si bien la organización sindical lograba estrechar fuertes vínculos con el Estado, como resultado de profundas diferencias internas y con el propósito de lograr aumentos salariales, se desató una serie de huelgas ferroviarias en noviembre y diciembre de 1950 y en enero de 1951.Según L.M. Doyon, las causas de la extensa e intensa huelga de los ferroviarios no sólo se debió a la demanda de aumentos salariales o a la oposición ideológica de sus dirigentes “sino también a la pésima gestión del gobierno y de las autoridades oficiales de la Unión Ferroviaria. El Estado se hizo cargo de una fuerte carga financiera cuando adquirió el sistema nacional de ferrocarriles en 1947, porque se encontró con un sistema ferroviario obsoleto, tecnológicamente superado y en lamentable estado de conservación. Frente a la necesidad de modernizar este servicio, el estado no podía seguir manteniendo los salarios de este sector en pie de igualdad con aquellos en rápida expansión en el ámbito industrial...”106Nueva Era; 2/8/45, p. 7.7Citado por Jorge Larroca y Armando Vidal; Rieles de lucha, Buenos aires, La Fraternidad, 1987, p. 114.8Actas, Unión Ferroviaria, 1948; y El Obrero Ferroviario,junio de 1948. Citado por Samuel Baily; Movimiento obrero, nacionalismo y política en la Argentina,Buenos aires, Hyspamérica, 1985, p. 139.9Idem; p. 140.10Louise m. Doyon; “Conflictos obreros durante el régimen peronista (1946-1955)”, en Desarrollo Económico, Nº 67, octubre-diciembre de 1977, p. 466.5Los sindicatos ferroviarios y la nacionalización de los ferrocarrilesEn 1946, Scalabrini Ortiz en una conferencia, hacía la siguiente advertencia respecto a la situación de gravedad que atravesaban los ferrocarriles: “Quien afirma que los ferrocarriles son hierro viejo, afirma una verdad clara como la luz del sol. Pero quien de allí deduce honradamente que no deben ser expropiados y nacionalizados incurre en un error de lógica, porque no ha percibido el problema en toda su amplitud. El material ferroviario está viejo, indudablemente, pero el sistema ferroviario no ha podido ser sustituido por ningún otro, desde el punto de vista de la economía. El material ferroviario fue viejo desde su nacimiento, como esos niños monstruosos que nacen con caras y facultades de ancianos. La primera locomotora que rodó por suelo argentino ‘La Porteña’, había corrido mucho antes de inmigrar...” Más adelante agrega que “...las máquinas jadean impotentes en su senectud, ya incapaces de cumplir sus horarios. Los rieles enmohecidos y torcidos protestan con sus golpes a cada paso del tren...”.11La importancia de la nacionalización de los ferrocarriles, para Scalabrini Ortiz, residía en lapostura que debía adoptar el Estado para superar el grave deterioro, propendiendo a su mejoramiento y conservación.El 17 de diciembre de 1946 son incorporadas al dominio del Estado las compañías de ferrocarriles francesas: Compañía General de Ferrocarriles de la Provincia de Buenos aires, Compañía Francesa de Ferrocarriles de Santa Fe (luego Belgrano) y Compañía del Ferrocarril de Rosario a Puerto Belgrano (Mitre). Y el 13 de febrero de 1947, se suscribía el convenio por la compra de las empresas ferroviarias de capitales ingleses: Ferrocarril del Sud (Roca), Ferrocarriles del Oeste (Sarmiento), Ferrocarril Central Argentino ( Mitre), Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico (San Martín), Ferrocarril Midland de Buenos Aires (Belgrano), el Ferrocarril Central Buenos Aires y Ferrocarril Noroeste Argentino (Urquiza).Un obrero que por aquellos años fue miembro de la comisión ejecutiva de la Unión Ferroviaria de la sección Tandil señala que“...cuando los ingleses empezaron a vislumbrar que los ferrocarriles no eran negocio empezaron a transferir sus capitales al camión...los ferrocarriles estaban en deficiente estado que venían arrastrando desde 1930...los ingleses insinuaban que los ferrocarriles no le rendían, hasta 1938, 1939 que vino la guerra, en ese lapso no mandaron mayormente repuestos, cuando vino la guerra no mandaron nada...yo también creía que los ferrocarriles los había comprado el gobierno por iniciativa propia...cuando vino el final de la guerra Estados Unidos era el acreedor de todos los países del mundo inclusive con Inglaterra, entonces había que liquidar las inversiones que hay en otras partes del mundo y pagar esta deuda, una de las inversiones eran las de los ferrocarriles...” (Luís Lobrundo, ingresó en el ferrocarril en 1942 como pasaleña, fue secretario general de la UF de Tandil desde 1948 hasta 1955)12En las actas ferroviarias se menciona de manera recurrente la falta de reparaciones de locomotoras por falta de elementos que ocasionaban deficiencias en las condiciones de trabajo; por ejemplo, en una asamblea de comisión ejecutiva de La Fraternidad sección Tandil “Se da lectura carta del Cro. J. Mazza pidiendo sea sacado 11La Fraternidad, revista de la sociedad de personal ferroviario de locomotoras,Nº 1184, junio-julio de 1975, p. 5.12Entrevista realizada el 23 de agosto de 2007.6del servicio de Juárez la lo[comotora] 3075 por carecer de abrigo en caso de lluvia...hablan varios Cros. Y también se trata lo referente a las lonas en las loc[omotoras] y las reparaciones...la mesa aconseja que los Cros. Se ocupen en informar los casos al local [de la Confraternidad Ferroviaria] para tener argumentos y presentar a la superioridad el pedido de acondicionar las lonas por medio de la C[omisión] de R[eclamos] local.”13Los gremios ferroviarios expresaron con entusiasmo la nacionalización de los ferrocarriles. De modo que el Congreso General de delegados de La Fraternidad, en 1947, resolvía “...enviar una comisión del Congreso a entrevistar al presidente de la Nación y expresarle la aprobación del gremio por este asunto...pide también el bloque [del Sud] que no se hagan empresas mixtas con los ferrocarriles sino que sean nacionalizados y que se de intervención a los obreros en la administración y que estos sean elegidos por el gremio.”14Al año siguiente, durante el Congreso llevado a cabo en Tres Arroyos se determinaba “...que la nacionalización de los ferrocarriles no cambie la estructuración de cada ferrocarril en cuanto a transferencias y zonas de trabajo....”15Sin embargo, poco después, en el ámbito de una asamblea sindical se dabalectura a una circular de comisión directiva “...donde dice que se apaña [sic] el entusiasmo que teníamos al ver la nacionalización de los FF.CC. por cuanto el gobierno está nombrando para la dirección del mismo a altos copetes extranjeros con los cuales siempre chocaron los pedidos obreros en la administración inglesa, siendo que en el país hay argentinos muy capacitados y técnicos en los ff. [ferrocarriles] del estado, y pide a las secciones que manden su disconformidad por medio de telegramas al señor presidente de la República...es aprobado por mayoría.”16Tres meses después, el decreto Nº 22.768 del 2 de agosto de 1948 estableció la posibilidad de considerar, a través del Poder Ejecutivo de la Nación, la incorporación del personal directivo y de servicios especiales que había pertenecido a las empresas extranjeras.La trascendencia que para los gremios ferroviarios significaba la nacionalización de los ferrocarriles radicaba en la formación de un sistema de transporte integrado que se inscribía dentro de un proyecto de desarrollo y crecimiento del país, donde el modo ferroviario se constituiría en un factor de progreso, integrador y articulador de los espacios económicos y sociales, expandiéndose en toda la geografía del país.

fuente:

Conflictos y huelgas ferroviarias durante el período peronista
 

Hugo Mengascini

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