Feliz día del periodista a todos mis colegas y ánimo para aquellos trabajadores, que al igual que yo, fuimos desempleados En aquellos días que nos alcanzó la desgracia del desempleo, nunca imaginamos la sangría de desocupados que se desataría en nuestra querida patria. Cuánto daño nos causaría la inmoralidad y la ineficiencia de quienes gobernaron para ellos y sus intereses, descartando siempre a los trabajadores y "desposeídos", porque hay que usar las palabras correctas, no es lo mismo decir pobre que desposeído. Esta úlitma lleva implícito el saqueo de que son objeto los que ganan el pan con el sudor de su frente. No es tiempo de quejas, sino de darnos ánimo para continuar en la lucha por la subsistencia y por mantener el espíritu en alto. Por no perder la dignidad ni el pensamiento crítico, aún en la pelea. En estos tiempos más que difíciles para todos sin excepción, en momentos donde la prensa se ha convertido en un eco de la muerte pregonada, en fantasmas de cadáveres anónimos, con cifras incomprobables, digamos que habemos periodistas todavía que no respondemos a intereses con barbijo.Ailin Pappano Abraham
Feliz día del periodista a todos mis colegas y ánimo para aquellos trabajadores, que al igual que yo, fuimos desempleados En aquellos días que nos alcanzó la desgracia del desempleo, nunca imaginamos la sangría de desocupados que se desataría en nuestra querida patria. Cuánto daño nos causaría la inmoralidad y la ineficiencia de quienes gobernaron para ellos y sus intereses, descartando siempre a los trabajadores y "desposeídos", porque hay que usar las palabras correctas, no es lo mismo decir pobre que desposeído. Esta úlitma lleva implícito el saqueo de que son objeto los que ganan el pan con el sudor de su frente. No es tiempo de quejas, sino de darnos ánimo para continuar en la lucha por la subsistencia y por mantener el espíritu en alto. Por no perder la dignidad ni el pensamiento crítico, aún en la pelea. En estos tiempos más que difíciles para todos sin excepción, en momentos donde la prensa se ha convertido en un eco de la muerte pregonada, en fantasmas de cadáveres anónimos, con cifras incomprobables, digamos que habemos periodistas todavía que no respondemos a intereses con barbijo.Ailin Pappano Abraham
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