Los jóvenes afrontan un gran desafío en estos tiempos.
Cada uno se busca, trata de encontrar un camino para realizarse, pelearla.
Otros se pierden desgraciadamente por distintos factores.
El más importante, creo. es la falta de contención de los gobiernos que han desamparado las familias, quitándole cada vez más derechos.
Haciendo cada vez más capitalista el sistema y así una profundización en la desigualdad.
Para muchos esto resulta un destello de creatividad, para otros, un fracaso del que no logran salir y se inclinan ante un mundo que no les ofrece posibilidades ciertas.
Argentina es grande y hermosa. Bella. Apacible. Majestuosa y también apetecible para los que codician lo ajeno. Nos siguen robando todo aquello por lo que tantos lucharon.
Esto, a los jóvenes, nos genera una enorme responsabilidad.
En principio vemos la enorme montaña frente a nosotros. Pero tratamos de escuchar a quienes la escalaron y aportaron su grano de arena. Ese es nuestro desafío. Sólo un grano de arena.
Muchos gobernantes no comprenden que ellos solo son el barco, nada más, pero los pueblos son el mar por donde navegan. No comprenden que cuando avasallan sus derechos, sus familias, sus trabajos y malogran el bienestar de sus hijos, se generan turbulencias. A muchos no les importa porque saben que el poder les otorga la impunidad de poder reprimir estos requerimientos y es ahí donde vemos la calidad de quienes arribaron con promesas mentirosas y todo se derrumba. La esperanza, las mentiras, la inoperancia, la ineficiencia, la indolencia, la falta de alma y capacidad para resolver lo que aqueja a un país que tiene todo.
Nuestra generación y las venideras ya están despiertas.
No vamos a ir por una revolución que arrase con nosotros, sin dejar de valorar a quienes dieron sus vidas por todos, por querer cambiar las cosas, aquellos que sembraron las bases para esta democracia convertida en un palco donde se suben los que están a la izquierda o derecha de las fotos de la dictadura, de aquellos que hoy se llenan la boca hablando gracias a los que entregaron sus vidas y tratan de delincuentes.
Los extraños, los extranjeros porque no aman esta tierra. Los ajenos, los cipayos diría tan bien nuestra amada compañera Evita.
Hoy, esos extañxos, no son capaces de reconocer que cuando atacan el peronismo atacan también a las mujeres peronistas. Esas que pelearon por los derechos al voto, al cupo, a la paridad. y todo derecho que les permite ostentar sus bancas, o sus paneles periodísticos, convertidos en cloacas que destilan odio hacia nuestro pasado de justicia social, soberanía política e independencia económica.
Se visten con el formato de todo lo que hicieron esas mujeres creativas y luchadoras. Esas que enfrentaron todos los vientos, las que "timbreaban" para ser socorridas, para salvar sus vidas, para esconder material peronista que se conserva gracias a ese coraje y determinación.
Las que "timbreaban" para pedir que salgan a las calles a rescatar al General como aquel glorioso 17 octubre, conscientes y confiadas que las conquistas sociales debían escribirse y asentarse en la historia.
Les agradecemos. Las valoramos. Las imitamos. Les pedimos perdón por los agravios que reciben, los insultos, la falta de consideración y el descaro de las extrañas, las ajenas, las cipayas, como las llamaría Evita si viviera.
La mentira es violencia.
La manipulación de la información es violencia.
La deformación de los hechos es violencia.
Las promesas electorales mentirosas son violencia.
Lxs falsxs líderes son violencia.
Los medios comprados es violencia.
La falta de justicia es violencia.
El silencio del congreso es violencia.
Los cargos eternos son violencia.
Desprestigiar nuestra Argentina es violencia
Intentar dividirnos hablando de grieta es violencia.
Desaparecer a Santiago Maldonado es violencia.
El apremio ilegal es violencia.
Dejar el pueblo a merced de ladrones y traficantes es violencia.
Entregar nuestra patagonia a extranjeros es violencia.
Los servicios desmedidos es violencia.
Los impuestos desmedidos son violencia.
La desprotección de nuestros abuelos es violencia.
La falta de medicamentos y alimentos es violencia.
La deserción escolar por desigualdad es violencia.
La mortalidad infantil en vertiginoso ascenso es violencia.
Somos otra generación de mujeres, trabajadoras, amas de casa, profesionales, madres, hijas, hermanas,esposas, argentinas y amantes de esta tierra.
Somos de todos los partidos. Somos de la Patria. De Argentina. Y estamos "haciendo lío".
Porque si juntas pudimos el voto, el cupo y la paridad, las revoluciones y los poemas, la ciencia, la cultura y la política, juntas podemos el desafío de estos tiempos y juntas podremos defender nuestro lugar bien ganado en la historia.
A.P.
"La revolución en paz propugnada por Perón proponía en un nuevo concepto de Soberanía Política que descansaba sobre un proceso de autodeterminación popular donde el Estado abriera la participación sobre las decisiones ejecutivas a amplios sectores de la comunidad.
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