LAS MUJERES EN LAS
ESTRATEGIAS DE
DESARROLLO SUSTENTABLE
“Lo que está en discusión cuando
se habla de "desarrollo sustentable" no son modalidades de
planificación sino la definición de un modelo de sociedad para el futuro, sostenido
en una relación distinta con la naturaleza, que implica también una relación
diferente entre hombres y mujeres. Si lo que está en juego es la supervivencia
de la Tierra ,
las mujeres deben ocupar un lugar que excede su caracterización como recurso económico
y como variable demográfica. Es a esta definición a la que apunta nuestra
crítica”.
ECOFEMINISMO. UNA REIVINDICACIÓN DE LA MUJER Y LA NATURALEZA
“Filosofía ecofeminista” es el nombre que recibe la diversidad de
estudios filosóficos que examinan las diferentes conexiones entre el feminismo
y el medio ambiente.”1 La relación entre feminismo y medio ambiente,
aunque a muchos pueda parecerles una conexión meramente excusadora como lucha
contra el dominio y la subordinación, presenta no obstante ocho enfoques que
han sido tratados a lo largo de los años y perfectamente documentados, desde el
histórico hasta el político pasando por otros puntos de vista como pueden ser
el ético o conceptual, por nombrar sólo algunos de ellos.
Algunos puntos de vista no utópicos planteados por el ecofeminismo
podrían dar solución a las desigualdades generadas por la actitud paternalista,
que desembocan finalmente en una falta de reconocimiento, respecto a la mujer
así como respecto al medioambiente”.
Género y medio ambiente. El desafío de educar hacia
una dimensión humana del desarrollo sustentable
“Estamos inmersos en una crisis
global de civilizaciones, de modelos de desarrollo económico y social,
científico y tecnológico, pero sobre todo de educación y valores. Esta crisis
es consecuencia de los modelos de desarrollo que han imperado durante décadas,
que han propiciado de una forma desmesurada, la alteración de los procesos
naturales, originando la degradación del medio ambiente y una injusta
redistribución de recursos, desigualdades e injusticias sociales, incidiendo
sobre la población y generando la pobreza de seres humanos y en especial de las
mujeres, impidiéndoles un desarrollo justo y equitativo. Partiendo de estas
premisas, en este artículo planteamos la necesidad de establecer nuevas formas
de corresponsabilidad en las que se reconozca y visibilice los saberes y formas
de hacer de las mujeres, como requisito indispensable para incorporar el
desarrollo humano sustentable. Por ello, consideramos que la educación se
convierte en el instrumento clave a través del cual, crear espacios de diálogo
y comunicación en igualdad y fomentar el desarrollo personal y de las
capacidades humanas, promoviendo así un verdadero reequilibrio sustentable”.
GÉNERO,
MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE:
UN
NUEVO RETO PARA LOS ESTUDIOS DE GÉNERO
La protección, la conservación y el manejo del medio
ambiente y los recursos naturales constituyen uno de los retos más importantes
para la humanidad.
Simultáneamente, empezó a surgir un creciente interés en la
relación de las mujeres con el ambiente. Este interés resultó en parte de la
crisis del petróleo de 1973 y la sequía en el Sahel, lo cual nos hizo entender
que los recursos naturales no son inagotables. Para mediados de los años setenta,
el debate de Mujeres, Medio Ambiente y Desarrollo (MMAD) había empezado a
desarrollarse al interior de las ciencias sociales y aquellas relacionadas con
el ambiente. Se descubrió el papel protagónico de las mujeres en movimientos
ambientalistas del Sur (por ejemplo, el movimiento Chipko en el norte de la India ) y se convirtieron en
objeto de atención en la ONU
y otros organismos internacionales.
Otras investigaciones han demostrado que las mujeres
siempre han estado integradas al desarrollo, pero en los niveles más bajos
(Bandarage, 1989). Según esta crítica, no hay que “sumar” a las mujeres al
desarrollo, sino transformar las relaciones sociales y de género y empoderar a
las mujeres. Si bien las mujeres deben trabajar para mejorar el medio ambiente,
también deben ser las beneficiarias. Es decir, los proyectos de desarrollo
sustentable deberán conseguir no sólo la sustentabilidad ambiental, sino también
la igualdad social y de género.
Hacia un enfoque
integrador de la sostenibilidad: Explorando sinergias entre género y medio
ambiente
El
desarrollo sostenible podría incorporar la perspectiva de género y la ética del
cuidado cuya conexión se examina aquí, explorándose las sinergias entre género
y medio ambiente y delineando un enfoque integrador sobre la sostenibilidad.
Ecofeminismo: el
género del ambiente
“La diferencia de los géneros precede a la diferencia de
los sexos. La diferencia está desde siempre, en el orden del significante, en
el orden simbólico, desde donde distribuye emblemas y atributos de género”. Por
ello el feminismo, el ecofeminismo y las reivindicaciones de género, si bien se
sitúan dentro de una política de la diferencia, no se resuelven en una fórmula de
distribución económica o ecológica, reasignando derechos de propiedad y apropiación
de la naturaleza a partir de la reasignación de roles y funciones
socio-ecológicas que, más allá de todo esencialismo, quisieran disolver toda
jerarquía, opresión y sojuzgamiento provenientes de ciertas relaciones
originarias de poder dictadas por la división de los sexos y las circunstancias
de género. 14 Esta perspectiva no tira por la borda la legitimidad de las
reivindicaciones e igualdad de género en el acceso al trabajo y a las funciones
sociales y a las posiciones de poder dentro de las estructuras sociales
establecidas; pero lleva la indagación sobre las relaciones género/ambiente a
descifrar otros enigmas.
Siguiendo a Lévinas, podemos decir que el ambiente es
femenino, por su relación de otredad con el conocimiento positivo.
La mirada del
ecofeminismo
(tres textos)
La democracia de
la tierra expresa los principios que nos permiten superar las polarizaciones, divisiones
y exclusiones que enfrentan la economía a la ecología, el desarrollo al medio ambiente,
la gente al planeta, y a unas naciones contra otras, en una nueva cultura del
miedo y del odio. Está simbolizada en las granjas que rejuvenecen la
biodiversidad, y las especies que se benefician unas de otras en relaciones
mutuas. La democracia de la tierra recontextualiza a los seres humanos como
miembros de la familia terrestre y las culturas diversas en el mosaico de la
diversidad cultural.
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