Desde los inicios de la imprenta, la transmisión de información, ha sido uno de los bienes más cotizados y esperados por los habitantes de un país.
En época de guerra, las noticias relacionadas con la cantidad de soldados que iban perdiendo la batalla, así también, como aquellas destinadas a describir la situación que sometía al país, corrían de mano en mano y de boca en boca. Lo visionario que fue Gütemberg desde el momento de su descubrimiento, advertiría los futuros cambios en la comunicación humana.
Pero no todo salió tal como lo esperado. Hoy en día, los rumores adoptan la forma de "noticias de último momento" y, sin menospreciar el criterio del lector argentino, la gran mayoría son acerca de personajes, historias, o acontecimientos que ocultan otros más importantes. Aunque lo que sí es cierto, es que lo que para algunos resulta de gran relevancia, para otros, son sucesos que los medios deberían relativizar.
Sin embargo, últimamente, la seguidilla de asesinatos de mujeres cometidos a manos de sus parejas actuales o pasadas, ha creado una conciencia de prevención y alerta para poner de manifiesto que la situación de las mujeres en nuestra sociedad es alarmante, y desprotegida de toda justicia.
Hoy bien temprano, recibí un ejemplar de El Guardián, y lo que más me asombró fue la tapa: "El Gran Macho Argentino", aludiendo a la violencia de género tan mencionada. Pero lo sorprendente es que, para que un medio tenga que hacer una nota de investigación al respecto, decenas y decenas de mujeres deben morir para llamar su atención. Es preocupante como el "machismo", (desde la época de las grelas y cafiolos), está instalado hasta en los más recónditos rincones de las instituciones que manejan el país.
Es angustiante la situación y, cada día que pasa, las noticias empeoran, los hombres están desorbitados, desorientados y no reciben ayuda de nadie, ni se dejan ayudar tampoco.
Las mujeres también, viendose envueltas en el centro de la tormenta y presentadas como víctimas constantemente, se hallan acorraladas y detonan su ira actuando de la peor manera: asesinando a sus maridos. ¿Habrá algo de paranoia en toda esta situación? El reciente caso de la mujer del gobernador Soria, que, según los indicios, lo habría asesinado sin forcejeo alguno, habrá sido para prevenir ser ella la víctima? O simplemente, el miedo de lo que verdaderamente está sucediendo nos lleva a la locura extrema y a matar a todos a nuestro alrededor. ¿Quedará alguien con vida en este país?
Digamos que los índices de mortalidad son proporcionales a los de natalidad, entonces, habría una especie de "compensación generacional". Pero, por qué el hombre siente la necesidad de eliminar al otro por completo? Es evidente que no lo hace en un estado de lucidez sino, con una ira tan profunda que le impide ver claramente la realidad y sus consecuencias.
Es el caso del asesino Marcelo Tomaselli, quien apuñaló a su mujer a varios días de haber contraído matrimonio y delante de su madre. El enfermo, después de matarla le dice a su mamá: "Ya la maté ma, ya está muerta". Acaso el poder de las suegras tiene alguna interferencia en la relación de sus hijos con sus nueras? Puede un hombre que no superó su Complejo de Edipo llegar al extremo de aniquilar a la mujer que no le caiga bien a su madre¿? A dónde hemos llegado?
Cuándo llegará el momento en que el amor se propague por toda la Tierra y sea esa "La" noticia? Suena muy a Sailor Moon?
En época de guerra, las noticias relacionadas con la cantidad de soldados que iban perdiendo la batalla, así también, como aquellas destinadas a describir la situación que sometía al país, corrían de mano en mano y de boca en boca. Lo visionario que fue Gütemberg desde el momento de su descubrimiento, advertiría los futuros cambios en la comunicación humana.
Pero no todo salió tal como lo esperado. Hoy en día, los rumores adoptan la forma de "noticias de último momento" y, sin menospreciar el criterio del lector argentino, la gran mayoría son acerca de personajes, historias, o acontecimientos que ocultan otros más importantes. Aunque lo que sí es cierto, es que lo que para algunos resulta de gran relevancia, para otros, son sucesos que los medios deberían relativizar.
Sin embargo, últimamente, la seguidilla de asesinatos de mujeres cometidos a manos de sus parejas actuales o pasadas, ha creado una conciencia de prevención y alerta para poner de manifiesto que la situación de las mujeres en nuestra sociedad es alarmante, y desprotegida de toda justicia.
Hoy bien temprano, recibí un ejemplar de El Guardián, y lo que más me asombró fue la tapa: "El Gran Macho Argentino", aludiendo a la violencia de género tan mencionada. Pero lo sorprendente es que, para que un medio tenga que hacer una nota de investigación al respecto, decenas y decenas de mujeres deben morir para llamar su atención. Es preocupante como el "machismo", (desde la época de las grelas y cafiolos), está instalado hasta en los más recónditos rincones de las instituciones que manejan el país.
Es angustiante la situación y, cada día que pasa, las noticias empeoran, los hombres están desorbitados, desorientados y no reciben ayuda de nadie, ni se dejan ayudar tampoco.
Las mujeres también, viendose envueltas en el centro de la tormenta y presentadas como víctimas constantemente, se hallan acorraladas y detonan su ira actuando de la peor manera: asesinando a sus maridos. ¿Habrá algo de paranoia en toda esta situación? El reciente caso de la mujer del gobernador Soria, que, según los indicios, lo habría asesinado sin forcejeo alguno, habrá sido para prevenir ser ella la víctima? O simplemente, el miedo de lo que verdaderamente está sucediendo nos lleva a la locura extrema y a matar a todos a nuestro alrededor. ¿Quedará alguien con vida en este país?
Digamos que los índices de mortalidad son proporcionales a los de natalidad, entonces, habría una especie de "compensación generacional". Pero, por qué el hombre siente la necesidad de eliminar al otro por completo? Es evidente que no lo hace en un estado de lucidez sino, con una ira tan profunda que le impide ver claramente la realidad y sus consecuencias.
Es el caso del asesino Marcelo Tomaselli, quien apuñaló a su mujer a varios días de haber contraído matrimonio y delante de su madre. El enfermo, después de matarla le dice a su mamá: "Ya la maté ma, ya está muerta". Acaso el poder de las suegras tiene alguna interferencia en la relación de sus hijos con sus nueras? Puede un hombre que no superó su Complejo de Edipo llegar al extremo de aniquilar a la mujer que no le caiga bien a su madre¿? A dónde hemos llegado?
Cuándo llegará el momento en que el amor se propague por toda la Tierra y sea esa "La" noticia? Suena muy a Sailor Moon?
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