
Si bien es cierto que no todas las historias de amor terminan como uno desearía que terminen, la verdad es que somos artífices de ese final incierto. Construimos día a día una romance que creemos que perdurará para el resto de nuestras vidas y, a veces, el destino nos termina jugando una mala pasada...No todos los finales son iguales porque las historias son distintas (aunque tengan el mismo propósito: ser felices para siempre). Algunos prefieren aquellos finales en los que el amante se decide al fin, por el amor de su vida, a pesar de la gran diferencia de edad, como en aquel film que consagró al reconocido Federico Moccia en Scusa ma ti chiamo amore. Allí, él, un publicista de 37 años, emprende una aventura amorosa con una joven de tan solo 17. Entre idas y venidas, se dará cuenta, que la edad es solo un detalle en sus vidas y que lo que importa es el amor que se tienen mutuamente. Tal vez, ese sea un buen final para una historia que enloquece, pero otros preferirán los finales clásicos y cursis. El hombre adinerado que se enamora de una mujer humilde que trabaja con su cuerpo ( como en la película Mujer Bonita), aunque será difícil encontrar a un Richard Gere que satisfaga nuestros deseos más ocultos... También están los finales abiertos, y por lo tanto, indeseados... Es el caso La boda de mi mejor amigo, en la cual, Julia Roberts, tardará lo suficiente para enfrentar al amor de su vida y expresarle sus sentimientos, que no es otro más que...su mejor amigo, y él, como en las clásicas historias, optará por la "crema" y no por el "chocolate". Los finales trágicos son los que uno espera que nunca aparezcan, pero son inevitables: la muerte del ser amado (es el caso de la película Posdata: Te amo), la traición y engaño del cónyuge, el suicidio de alguno de los dos amantes (Romeo y Julieta), el engaño con el mejor amigo etc. Así como las películas que nos hicieron vibrar al verlas y enamorarnos aún más, la consigna es: "Identificarse con los personajes de las historias de amor más lindas y románticas de toda la historia del cine". Creernos ser Scarlett O'Hara, pero sin caer en el capricho y obsesión, imitando el lado más sublime de su personaje. Su ternura, belleza y comprensión. También robar algo de Julieta, ser decididas, astutas y con coraje luchar por el ser amado. Desear ser como Penélope por la tolerancia y la paciencia, el sacrificio y la espera, sabiendo que algún día llegará algún vagón que nos traerá el amor verdadero.
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