Propuestas para la praxis política con conciencia de género





Realizar una revisión crítica desde la teoría de género a los mecanismos y dispositivos culturales que inciden en la interpretación de la realidad basada en las jerarquías de poder, y sus efectos perversos en distintas formas de discriminación sexual, exclusión, violencia, opresión e injusticia social. 

Provocar el desmontaje de las relaciones de dominación instaladas en las formas habituales de pensar, sentir, actuar y relacionarnos como mujeres y varones, en el sentido de visibilizar y desestabilizar formas específicas de dominación entre los sexos. 

Afirmar la dignidad de ser mujer, en tanto, persona y ciudadana de derechos. 

Reconocernos como mujeres en la constitución de un sujeto femenino. Mujeres, conciencia de género y participación política. 

Hacernos conscientes en la reflexión crítica de género, visibles en la acción y presentes en la participación dentro de una comunidad de sentido, desde donde nos sea posible formar parte de “un mundo común” y de un mundo mejor con nuestras singularidades, similitudes, contradicciones y diferencias. 

Incentivar y fortalecer la toma de conciencia sobre la dimensión de la democracia en un proceso de revisión y remoción cultural de transformación de imaginarios, prácticas, comportamientos y relaciones que conduzca a cambios sociales en el marco de igualdad, equidad y justicia social. 

No confundir diferencia con desigualdad ni mujer con inferioridad. 

Desde una ética de la alteridad y de las diferencias, defender la diferencia sexual. Se trata, como sostiene Luce Irigaray (2000:7) de “defender algunos valores, que defino justamente como éticos, mínimos, vitales y defender también la que llamo la diferencia sexual. Defenderla como cada cual tenga ganas de defenderla; pero defenderla como algo esencial que puede decidir a favor de la vida en esta lucha entre la vida y la muerte.” 

Reflexionar acerca del complejo proceso de la convivencia humana entre mujeres y varones en relaciones creativas y constructivas en el mundo de la vida, con el que tomamos contacto a través de nuestros cuerpos, vivencias y procesos cognitivos, afectivos/emocionales, sociales y modos de expresión en conductas, prácticas y relaciones. 

Generar el diálogo y el encuentro en una praxis ética, humanística y equitativa, que tiene que pasar con el verdadero encuentro íntimo y subjetivo consigo mismo como persona, consigo misma como mujer, corpórea en el goce de su propia trascendencia para poder encontrarse con el otro, como compañera, amante, amiga, madre hacia la reconstrucción de sus propias claves identitarias (en palabras de Lagarde). 


Comentarios