Pureza, inocencia, novedad, misterios, descubrimiento, dulzura y complicidad... describen la simpleza de un primer amor... aquel que quedará por siempre en nuestro corazón y mente. Pero muy pocas veces se lee algo acerca de un segundo amor... aquel que cura las heridas, que ama con pasión, con el alma y la carne. Que entrega hasta el último de los alientos, que se acelera con cada palabra, cada gesto, cada mirada de su ser amado...
Aquél que se atreve a darlo todo, un amor arriesgado, incondicional y peligroso. Uno que dejará marcas, huellas imborrables y que si bien es imposible querer pretender ser el primero, ansía con toda su alma ser el último...
EL segundo amor es sinceridad pura, honestidad bruta, sexualidad plena, abrazos que queman, besos que encienden pasiones ocultas... Uno descubre sentimientos nuevos, jamás sentidos con anterioridad. Piensa distinto, quiere y ama de una forma novedosa para uno. Conoce las reglas del juego, le encantan los desafíos, no acepta perder, un juego divertido y asombroso: El descubrir el amor nuevamente, un amor nuevo, quizás jamás conocido, una segunda primera vez en el amor.
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